El año de los planes de Reestructuración | El Confidencial

Con motivo del primer aniversario de la reforma del Texto Refundido de la Ley Concursal (TRLC), nuestro socio del área de Reestructuraciones e insolvencias, José Vicente Roldán, hace un balance de los cambios introducidos y de su impacto en el mercado para El Confidencial.

Sin duda, el año 2023 ha sido el año de los planes de reestructuración, que han sustituido a los acuerdos de refinanciación homologados y a los acuerdos extrajudiciales de pagos.

La reforma ha supuesto una serie de novedades relevantes, entre las que destacan las siguientes:

• La ampliación del ámbito subjetivo de aplicación de los planes de reestructuración, que ya no están limitados a las entidades financieras.
• La modificación de las reglas de formación de las clases de acreedores, que ahora se basan en el criterio de la mayoría simple, siempre que al menos una de ellas sea una clase de créditos que en el concurso habrían sido calificados como créditos con privilegio especial o general.
• La introducción de la figura del experto en reestructuraciones, que será el encargado de asistir al deudor y a los acreedores en las negociaciones y en la elaboración del plan de reestructuración.

Estas novedades han tenido un impacto significativo en el mercado, ya que han facilitado el proceso de reestructuración de las empresas en dificultades. En este sentido, cabe destacar los siguientes ejemplos:

• El caso Celsa, que ha sido el más mediático de todos. La compañía siderúrgica logró evitar la liquidación gracias a un plan de reestructuración que fue aprobado por el juez el pasado mes de septiembre.
• El caso XELDIST, que fue el primero en ser homologado por un tribunal español tras la reforma de la Ley Concursal. La empresa de servicios logísticos logró reducir su deuda en un 60% gracias a un plan de reestructuración que fue aprobado por el juez el pasado mes de junio.

En general, los planes de reestructuración se han convertido en una herramienta eficaz para evitar la insolvencia de las empresas. Sin embargo, aún quedan algunos retos por superar, como la necesidad de crear un cuerpo de jurisprudencia menor homogéneo para resolver las impugnaciones de los planes de reestructuración.

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