27/03/2018
En un artículo anterior comentábamos que la relación que ligaba a los jugadores de eSports con sus clubes era una relación laboral y que por tanto, podíamos hablar de una relación laboral de los jugadores de eSports. Tras esto, pueden surgir nuevas cuestiones como, por ejemplo, ¿qué tipo de relación laboral tienen los jugadores profesionales de eSports? ¿Se trata de una relación ordinaria o de una relación especial? ¿Se puede considerar a los jugadores de eSports deportistas profesionales?
Últimamente están surgiendo voces que consideran que los jugadores profesionales de eSports son deportistas profesionales, dada la especificidad de su relación y sus semejanzas con dichos deportistas. Hay que resaltar que los jugadores de eSports están sujetos a estrictos horarios, mantienen largas sesiones de entrenamiento, cuentan con psicólogos, nutricionistas, fisioterapeutas y médicos dentro de sus clubes, sufren lesiones debido a su desgaste físico y mental, se abonan fichajes por ellos, reciben prestaciones por actos publicitarios y, sobre todo, están bajo la disciplina de un club.
Si no estuviéramos hablando de personas que “se sientan delante de una pantalla y juegan a videojuegos” nadie dudaría de que se trata de una actividad deportiva. Ahora bien, el hecho de desarrollar una actividad deportiva no implica por sí mismo el tener que ser considerado como deportista profesional.
En nuestro país, el Estatuto de los Trabajadores simplemente reconoce la relación laboral especial de los deportistas profesionales, dejando su desarrollo al Real Decreto 1006/1985, de 26 de junio, siendo en este Real Decreto donde se recogen una serie de características propias de los deportistas profesionales, y que podríamos llegar a afirmar que son perfectamente equiparables a los jugadores de eSports.
Una nota singular de los deportistas profesionales son los horarios y su jornada. Los jugadores profesionales de los denominados “deportes tradicionales” están sujetos a unos horarios muy estrictos de entrenamientos, eventos, concentraciones previas a los partidos, competiciones, torneos etc., que se adaptan y supeditan a los calendarios deportivos. Esto mismo ocurre con los jugadores de eSports quienes están sujetos a múltiples horas de entrenamiento, se concentran en las gaming houses, viajan a diferentes torneos y deben acudir eventos. Asimismo, las ligas de videojuegos fijan sus propios horarios y calendarios con el fin de llegar a más público, y es que no debemos olvidar que cada vez más televisiones están apostando por estos eventos deportivos.
Otra nota de semejanza entre los deportes tradicionales y los jugadores de eSports son los periodos de descanso de los jugadores y las vacaciones. Al estar los jugadores sujetos a las restricciones mencionadas anteriormente, no es fácil que realicen un descanso semanal que se asemeje a la de una relación laboral ordinaria, siendo éste mucho más parecido a la de un deportista profesional. Los torneos y las concentraciones pueden alargarse durante semanas y por ende los jugadores profesionales de eSports no pueden disfrutar, por ejemplo, del descanso de un día y media semanal, debiéndose disfrutar el mismo en otro periodo. Lo mismo ocurre con las vacaciones, las cuales están supeditadas a los periodos en los que no haya torneos o competiciones oficiales.
Por último, al igual que en todos los deportes, en los eSports es habitual la existencia de cesiones de jugadores entre clubes. Esta es una nota muy característica de los deportes profesionales y que, en el caso de que no se considere que la relación de los jugadores de los eSports es de deportista profesional, puede acarrear problemas desde un punto de vista laboral.
Como puede observarse, existen notas muy claras que pueden justificar que la relación laboral de los jugadores de eSports es una relación laboral de carácter especial, concretamente una relación de deportistas profesionales. Sin embargo, en España aún no se ha reconocido a los eSports como un deporte, por lo que se hace difícil poder justificar este tipo de contrato, pese a todas las notas que se han detallado. Lo que está claro es que otros países ya han empezado a regular esta figura, y que en España urge una regulación ya sea mediante una nueva figura especial independiente dentro del artículo 2 del Estatuto de los Trabajadores, o bien incorporándolo a la figura ya existente de los deportistas profesionales. Y aunque los jugadores de los eSports cuentan con características tan propias y específicas que se hace difícil encajarlos en una relación laboral ordinaria, actualmente parece que su encaje debe hacerse en esta figura, aunque ello se produzca únicamente por descarte.