04/04/2018
Como hemos venido comentando en artículos anteriores, no cabe ninguna duda de que el sector de los deportes electrónicos, o también denominados eSports, ha evolucionado de manera vertiginosa. Ahora bien, como consecuencia del imparable progreso y el impacto que el sector de los eSports está teniendo en la sociedad, se plantean algunas dudas al respecto, entre otras, ¿son realmente los eSports un deporte?
En España los eSports no han sido todavía reconocidos oficialmente como “deporte”, y parece que se empieza a quedar atrás respecto de otros países del entorno. Por ejemplo, Finlandia ha dado un paso en este sentido, y ya ha reconocido los eSports como un deporte. Asimismo, el Comité Olímpico Internacional (COI) está ya en vías de considerar los eSports como una “actividad deportiva” tal y como se puede extraer de este comunicado del COI. Pese a que en España las instituciones y organismos oficiales todavía no han dado el apoyo institucional a los eSports, estas iniciativas pueden servir de ejemplo para que se posicionen y se involucren más en este sector.
De acuerdo con el artículo 8.b) de la Ley 10/1990 del Deporte, el reconocimiento de una Modalidad Deportiva le corresponde a la Comisión Directiva del Deporte (CSD). La CSD exige para dicho reconocimiento una serie de requisitos, entre los que destacan los siguientes:
1- Debe tratarse de una actividad física.
2- Dicha actividad, ha de tener un carácter competitivo.
3 – La competición ha de estar reglada.
Por tanto, teniendo en cuenta lo anterior, la primera pregunta que surge es la siguiente: ¿los eSports llevan a cabo una actividad física?
Hay quienes se han pronunciado al respecto, y equiparándolo con la figura tradicional de “deportista” o “atleta”, consideran que los eSports no realizan entrenamientos físicos diarios, y por tanto, no deberían adentrarse en el mundo del deporte tradicional.
Si nos centramos en lo descrito en los epígrafes anteriores acerca del carácter esencial de una actividad física (como por ejemplo en el caso de los atletas) para el reconocimiento de una Modalidad Deportiva, podría llegarse a la conclusión que los eSports no encajarían en la definición tradicional de deporte.
Sin embargo, ello no puede suponer un impedimento para que los eSports no puedan ser calificados como deporte, ya que en otras modalidades deportivas reconocidas no se ha tenido en cuenta la actividad física como requisito imprescindible. Un ejemplo de ello es el ajedrez, que se fundamenta básicamente en estrategia, táctica y destreza mental.
Por tanto, cabría destacar en este sentido que los eSports se asimilan en gran medida a los jugadores del ajedrez, cuyo objetivo principal es utilizar estrategias, habilidades y destrezas para derrotar a sus oponentes (un claro ejemplo de ello lo podemos ver en uno de los videojuegos con más seguidores, “Call of Duty”).
Asimismo, la estructura de los eSports es similar a la de algunos deportes profesionales, es decir, se basan en sistemas de competición (clasificaciones y eliminatorias) y organización (torneos, jugadores, equipos y fichajes). También hay que destacar las siguientes similitudes:
En definitiva, el sector está evolucionando y como consecuencia de ello la tendencia es que los eSports sean considerados como deporte en un futuro, aunque en el caso de España, este hecho no se producirá hasta que no exista una regulación específica en este sector y los organismos e instituciones públicas muestren su apoyo a los eSports.
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